lunes, 2 de abril de 2012

¿cueces o enriqueces? la firma electrónica retrasa o acelera

—Hace tiempo que vengo al taller, y no sé a qué vengo.
Eso es muy alarmante. Eso no lo comprendo.
—Cuando tengo una cosa que hacer, no sé lo que hago.
Pues le veo cesante, por tumbón y por vago.
(LA DEL MANOJO DE ROSAS - Pablo Sorozabal)


Pues sí: tenía alguna razón para no publicar esta entrada tanto tiempo redactada. Sobre todo si no era muy  conveniente que siendo un TIC pusiera por escrito lo que a continuación voy a expresar. Pero, como dice la Zarzuela, ¿para qué la tengo escrita si al final no se publica? Así que adelante.


Por razones laborales hace unos meses entré en una vorágine de redacción de normas, resoluciones, orden miniteriales, ... que debían ser aprobadas y firmadas por una gran variedad de comisiones, secretarios de estado por delegación, directores generales, ... En el maremagnum de indefinición y redacción de los contenidos y determinación del cargo competente para su firma pudimos generar más de veinte versiones, y una vez aclarados todos los términos, se pasó al papel y a la firma. Claro está que los corta y pega no son buenos compañeros en las prisas y se nos colaron gran cantidad de gazapos (nomenclaturas, fechas, ..). Afortunadamente, y sin que nos oiga nadie, muchos de ellos estaban en páginas donde no se estampaba la firma del alto cargo (¿no puede ser que conociendo los altos cargos toda la cadena de posibles errores, sólo firmen una hoja para permitirnos a los simples mortales que juguemos a la 'sustitución'), por lo que sigilosamente procedimos a cambiar esas páginas y sin molestar a los insignes directivos (y sin tener que hacer patente nuestra enorme impericia) enviamos los originales a quién correspondía (con su copia electrónica) para su archivo y publicación en BOE.

TIC avezado como creo que soy, me imaginaba cómo sería ese mismo proceso si todo hubiese estado informatizado. Desde la firma hasta el envío al BOE. Literalmente o habíamos publicado una 'merde' o habríamos tenido que molestar al alto cargo para que firmara varias veces el mismo documento y además tendríamos que haber contactado con los desarrolladores de turno para que 'metiendo mano' directamente sobre la base de datos, anulasen los contenidos y los cambiasen por los correctos.

Hablando con otros compañeros con alguna experiencia en esto de la firma me cuentan que siempre que se va con prisa suceden estas cosas. Luego si los errores/gazapos son intrínsecos a nuestra actividad, cuando se diseñan portafirmas o flujos de tramitación, ¿se piensa en pasos automáticos de anulación de lo firmado para sustiruir el documento por otro igual pero con cambios cosméticos? Normalmente en todos los programas que implementan flujos de trabajo con firma, a la hora de firmar e puede firmar o rechazar la firma explicitando algún motivo. Pero una vez firmado, el expediente avanza y recuperarlo exige intervención manual (y gravosa) de los desarrolladores.

Por tanto, y siendo un adalid de la informatización de los procesos y presuponiendo que es cierto que al final todo el mundo comete gazapos que arreglamos cambiando la hoja afectada (siempre que no lleve la firma manuscrita), la firma electrónica, ¿retrasa o acelera?

1 comentario:

  1. Ya en mi compañía, empezamos no hace mucho a firmar digital una gran parte de documentos que tienen que pasar entre varios grupos. La rapidez, conveniencia y ganancia ecológica me impresiona cada ves.

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